LA PAZ ES UNA NOTA
INSTITUCION
EDUCATIVA HENRY MARIN GRANADA
CIRCASIA QUINDIO
GUIA NUMERO
2
LA PAZ
ES UNA NOTA
‘La Paz es una nota’, iniciativa propia
con la cual se vincula a ‘La Conversación más grande del Mundo’, un
plan para incentivar la participación ciudadana y la del
iberación
pública sobre el fin del conflicto y la construcción colectiva de la Paz.
Es por esto,
que la Institución Henry Marín Granada debe
vincularse a estas actividades y desde el Proyecto de Democracia damos unas
instrucciones nos hagamos participes de la jornada y podamos enviar las
respectivas evidencias.
PROPOSITO: Introducir la temática de la Paz
a partir de conceptos activos y positivos que amplíen el tradicional concepto de
Paz como "ausencia de conflictos", conscientizando a los niños de que
la Paz es una tarea solidaria y colectiva de realización.
RECORDAR QUE …. La noción de educación para
la paz fue impulsada por la Organización de las Naciones Unidas en la década de
1970 con el propósito de formar a las nuevas generaciones en una «cultura de
paz», que permita a los hombres resolver los conflictos a través del diálogo,
la mutua comprensión y la valoración de la diversidad. Los principales
objetivos de la educación para la paz son transmitir una ética de libertad e
igualdad, en el marco de las competencias dialógicas democráticas y el
reconocimiento y garantía de los derechos humanos.
1. MOTIVACION
1.
Realizar una lluvia de ideas de lo que entienden por
PAZ.
2.
Leer las siguientes afirmaciones y junto con
algunos compañeros conversen sobre el significado de cada una.
«En cuanto
alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de
hombre, ninguna tiranía puede dominarlo.»
Mahatma Gandhi
«La verdadera paz no es simplemente la ausencia de tensión: es la presencia de justicia.»
Martin Luther King
«Si quieres hacer la paz con tu enemigo, tienes que trabajar con él. Entonces se convierte en tu compañero.»
Nelson Mandela
MODELACION: Investigar los datos biográficos de Mahatma Gandhi, Martin
Luther King y Nelson Mandela
EJERCITACION: Entrevistar a varias personas sobre lo que opinan
del proceso de PAZ adelantado en la Habana y tabular sus resultados, haciendo
un análisis del grado de aceptación o rechazo al mismo.
3.
Pedir a los
estudiantes que realicen caricaturas alusivas al proceso de PAZ.
DEMOSTRACION
Y EJERCITACION: Hacer la siguiente lectura con los estudiantes y generar
espacios de argumentación al respecto.
Aspectos Positivos: El proceso de negociación que actualmente adelanta el gobierno nacional
con la guerrilla de las FARC, es sin duda una apuesta interesante para terminar
con más de 50 años de conflicto en Colombia. Sin discusión requiere de todo el
apoyo institucional, de la confianza de la nación colombiana y del
acompañamiento de toda la comunidad internacional para desactivar el conflicto
y a uno de los grupos armados que más violencia ha generado en el país como las
FARC. La experiencia internacional ha mostrado que el 82% de los conflictos
internos y las guerras civiles libradas en los Estados durante la segunda
mitad del siglo XX y comienzos del XXI, han terminado con la firma de un
tratado de paz y no con una derrota militar total del adversario, la cual se ha
dado solo en el 18% de los conflictos. Se negocia fundamentalmente por varias
razones: la imposibilidad de derrotar al adversario, por la presión
internacional, la derrota inminente del adversario o por su deslegitimación. De
allí, que estas razones sean fundamentales a la hora de sentarse en la mesa con el oponente y de llegar
a los acuerdos finales. No podemos olvidar que un proceso de paz es una
negociación política que implica una lucha por el poder, el reconocimiento del
adversario, algún grado de impunidad y la posibilidad de ganar en algunos
aspectos, y ceder en otros ámbitos de la negociación. Es importante anotar que
el reconocimiento que hace el gobierno del conflicto interno colombiano y el
inicio de los diálogos con la guerrilla le da a las FARC un estatus político
que le permite acceder a los beneficios políticos, jurídicos y sociales que se
desprenden de este tipo de procesos y que van más allá de una simple
desmovilización y reincorporación a la vida civil de sus combatientes. El
Estado de la mano de la sociedad civil debe garantizar el éxito de esta
negociación y sortear con decisión los obstáculos de este tipo de procesos para
obtener finalmente el fortalecimiento de las instituciones del Estado, la
desarticulación de las FARC, la reparación material, moral y simbólica de las
víctimas, el establecimiento de la verdad, un equilibrio entre aplicación de
justicia y paz para evitar impunidad, y la reconstrucción social para un
postconflicto exitoso.
Algunas Alertas e interrogantes que se deben considerar en el proceso de negociación con las FARC en Colombia.
El proceso de paz es una
apuesta interesante del gobierno nacional, pero no exenta de muchos peligros
para su éxito y para la propia estabilidad de la sociedad colombiana:
• El país no
olvida las consecuencias de una negociación sin objetivos claros como la del
Caguán, donde por el anhelo de mantener a toda costa una negociación sin un
norte claro y en medio de la confrontación, no solo se llegó a un rotundo fracaso
del proceso de paz sino que además se abrió un nuevo ciclo de violencia que
hasta hoy estamos padeciendo. Igualmente, están latentes los errores del
proceso de negociación con los paramilitares y las debilidades de la Ley de
Justicia y Paz.
• Para crear
un ambiente propicio de negociación es preciso generar un discurso pedagógico y
un optimismo ciudadano en torno a la paz, elementos muy débiles en el momento
actual de Colombia, donde las personas tienen la percepción de que la
inseguridad empeora y que no existen las condiciones para un cierre negociado
del conflicto por las acciones violentas y cotidianas de las guerrillas de las
FARC y del ELN, que en muchas regiones del país se articulan con las
denominadas Bacrim a través de los negocios ilícitos que comparten.
• Sobre los
principales puntos de la agenda de negociación: Política de Desarrollo Agrario,
Participación Política, Solución del Problema de las Drogas ilícitas, la
Política de Victimas y la Implementación, verificación y refrendación de los
acuerdos, nadie desconoce que son problemas centrarles de la realidad y del
conflicto nacional. Las críticas se acentúan cuando un actor como las FARC que
representa una minoría se les otorga la vocería para negociar los grandes
problemas nacionales en momentos que si bien es cierto no están totalmente
derrotados, si se encuentran en un claro retroceso político y militar.
• Sobre los
negociadores del Gobierno Central en el proceso de Paz es importante resaltar
que representan sectores estratégicos del país: gremios económicos, clase
política, ex generales de las fuerzas armadas y asesores de paz. El gran vacío
en la mesa lo constituyen las víctimas, quienes a pesar de haber sufrido las
más graves violaciones a los derechos humanos no encuentran un representante
directo que defienda sus interés, muy a pesar que uno de los puntos centrales
de la negociación sea la Política de víctimas. Igualmente, la mesa carece de
otros representantes de la sociedad civil.
• El éxito
de cualquier proceso de negociación es el equilibrio entre: Verdad, Justicia y
Reparación. Si no se garantizan estos principios nunca se va a consolidar la paz.
Es verdad que el reconocimiento que hace el Estado de las FARC implica que sean
tratados en la negociación como delincuentes políticos, lo que no quiere decir
que siempre se hayan comportado como tal, y que no tengan que pedir perdón y
decir la verdad por los delitos que han cometido.
• La firma
de un tratado de paz con las FARC no representa el fin del conflicto ni la
usencia de violencia. Sin duda para el Estado colombiano es muy importante
terminar con el Mito FARC y desactivar una estructura militar como la que
representa el grupo armado. Lo anterior no asegura que efectivamente la
mayoría de los integrantes acepten reintegrarse a la sociedad y no terminen
haciendo parte de otras estructuras criminales como las Bacrim que están
dispuestas a pagar por incorporar a sus filas a ex combatientes. Incluso son
muy conocidas las relaciones de las guerrillas con las bandas criminales en
algunas regiones de Antioquia y el país, pero estas conexiones no están
mediadas por una identificación ideológica, sino por factores de lucro.
•
Implicaciones Internacionales de la negociación: Las normas imperativas
de derecho internacional no pueden ser violadas por ninguna de las partes en
conflicto, y mucho menos hoy, que existen organismos internacionales como la Corte
Penal Internacional. Colombia ha suscrito el tratado que la adhiere a la Corte
Penal Internacional y no puede desconocer las obligaciones y tratados
internacionales que ha contraído. En este contexto hoy no existe un marco de
seguridad jurídica para los miembros de las FARC, pues el Estado no puede
otorgarles beneficios por los crímenes de guerra y de lesa humanidad que han
cometido y cometen a diario, lo que implica una grave violación al Estatuto de
Roma, al cual Colombia se suscribió en el 2002.
Establecer marcos de perdón y
olvido, o establecer condenas figurativas, no excluyen la responsabilidad penal
de quienes cometieron los delitos. Quienes hayan infringido las normas de
derecho relativas a la protección de la humanidad y no fuesen condenadas, será
la Corte Penal la que de manera subsidiaria se encargue de juzgar las conductas
e impartir justicia. Por tal razón, se debe definir cuál va ser el blindaje
jurídico para que esta institución internacional no entre a operar en el caso
de los delitos contra la humanidad que han cometido las FARC.
Por estos limitantes,
defensores de los Derechos Humanos como José Miguel Vivanco de Human Rights
Wactch, critican al gobierno de Juan Manuel Santos por abrir una puerta a la
impunidad, y declaran que el Marco para la Paz es una “amnistía encubierta”.
Así mismo, organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional,
manifiestan serios cuestionamientos al proceso de paz por la posibilidad
de impunidad y la poca reparación para las víctimas.
• Para el éxito
del proceso de paz es fundamental que el Gobierno nacional tenga en cuenta a
los departamentos y a las autoridades locales. Un proceso que no reconozca la
realidad política, social y económica de las regiones, ni la lógica particular
del conflicto, estaría desconociendo no solo las diferentes problemáticas que
padece la nación, sino además los diversos actores que intervienen en cada
región y las soluciones particulares que deben formularse para resolver el
conflicto de acuerdo a su génesis en el territorio. Finalmente, el
proceso de paz no puede convertirse en una plataforma política del Gobierno del
presidente Santos para subir sus índices de favorabilidad, buena imagen y
percepción ciudadana, en los cuales las encuestas lo muestran en claro retroceso.
Tampoco puede convertirse en un ejercicio de cálculo electoral para una posible
relección del mandatario. Las FARC no pueden seguir poniendo la agenda
electoral del país ni mucho menos incidir en la elección de los presidentes de
Colombia.
Algunas de las preguntas de
fondo que tenemos que hacernos los colombianos son:
¿existen las condiciones
necesarias para que el Estado inicie un proceso de paz creíble con los grupos
al margen de la ley?
¿Cuáles son las condiciones
necesarias para evitar la reaparición de la violencia?
¿Cuándo hablamos de
posconflicto estamos preparados y dispuestos los colombianos a asumir los
costos políticos, sociales y económicos de este proceso?
¿Tenemos una sociedad civil
fuerte, articulada, participativa y preparada para el cambio?
¿Están los actores del
conflicto dispuestos a reconocer sus actuaciones, decir la verdad y reparar a
las víctimas?
Éxitos en la
Actividad.
CARLOS
ALBERTO TELLEZ CABALLERO
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